Se trata de los médicos Claudio Roitman y Carlos María Lovesio. El juez los encontró responsables del delito de Homicidio Culposo por “negligencia y descuido”. Además se les endilgó “ausencia de arrepentimiento” y se probó que muchas de las pruebas presentadas fueron adulteradas o falsas.

En el año 2009 un Oficial de Justicia rosarino se dirigía a su trabajo a bordo de una moto cuando colisionó con un taxi en el macro centro de la ciudad.

La víctima ingresó al sanatorio con fractura de cadera, fémur, tibia y peroné expuestas. Durante la internación y previo a las cirugías le hicieron estudios dónde no se le detectaron alteraciones vasculares. Se lo operó en dos oportunidades. Le dieron el alta con indicación de control por consultorio externo y medicación ambulatoria (entre ellas anticoagulantes durante 10 días, que tras el control médico no fue extendida). Todo ello sin efectuarle análisis, ni chequeos de coagulación.

Más de un año después, el juez Héctor Núñez Cartelle llamó a indagatoria a los médicos actuantes, evaluando especialmente el accionar del cirujano Claudio Roitman, y el médico Claudio Loversio.

Para el juez fue determinante la elevación del riesgo que corrió la víctima teniendo en cuenta que había sido sometida a dos intervenciones por cuestiones óseas y en partes blandas, estaba inmovilizado, en constante reposo y contaba con un cierto grado de obesidad. Su cuadro requería un cuidado mayúsculo y ello no se atendió, lo que perfectamente permite admitir lo que describen los médicos forenses, cuando refieren que fue un “tratamiento insatisfactorio”, dice el fallo. Para el magistrado existió en el accionar médico un “comprobado desacierto y falta de previsión que obedeció a un manejo ineficaz y desacertado”.

Por lo expuesto, el juez condenó a Claudio Aldolfo Roitman y Carlos María Lovesio a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional y siete años de inhabilitación para ejercer la medicina a lo que sumó algunas reglas de conducta.